En Pamplona es donde a largo plazo piensa montar un negocio y formar su propia familia. Su llegada a España fue fácil y cómoda. Teniendo a parte de sus tíos y primos ya integrados en la cultura española a Alexander no le costó lo más mínimo adaptarse a este nuevo país. Su único miedo era cuando empezase el colegio si los niños españoles le iban a integrar como parte de sus grupos de amigos, miedo que se le disipó porque Alexander es un fiel reflejo de la “realización” del sueño español, es todo un pamplonés.

 

A pesar de todo, está muy unido a su país de origen y sueña con visitar Colombia más a menudo. Le sigue gustando más la gastronomía colombiana que la española con sus típicas bandejas y mazamorras paisas y los frijoles antioqueños. Las Navidades allí también las sigue prefiriendo con sus reuniones vecinales en las calles donde las celebran todos juntos. A pesar de que su círculo más íntimo aquí en España está conformado por españoles, se apoyan mucho en la comunidad latinoamericana de Pamplona y hacen planes entre ellos. Le da pena que se generalice una visión del inmigrante latino sin papeles errónea. Alexander considera que los malos hábitos de los inmigrantes latinos no se debe a un tema de educación distinta de valores sino de la nefasta influencia de inmigrantes veteranos que llevados por la mala vida influencian a los jóvenes a llevar ese estilo.

Anima a cualquier latino con ganas de cumplir el sueño español a no pensárselo dos veces: “si vas a dar el salto, dalo con ganas e ilusión. España es un país con miles de oportunidades”. Él y su familia son muy felices aquí en España, su hogar ahora está en Pamplona y para ellos el sueño español ha dado sus frutos.